Contento y manchado


Contento y manchado, como si nada hubiera pasado. 
Igual que el “Garbancito” del cuento infantil cuando fue defecado por el buey que se lo tragó, así ha quedado mi cuñado después de cumplir 2 años en prisión preventiva acusado de un delito por el cual hoy ha sido absuelto sin cargos.
La primera pregunta es obvia: ¿Cómo se puede compensar a alguien como él y su familia por los daños físicos y morales que han sufrido?
La respuesta es todavía más obvia; de ninguna manera.
A estas alturas del artículo quizá quede todavía algún lector ingenuo que piense que estoy escribiendo sobre un error judicial de esos que de vez en cuando salen por la tele en un reportaje y suelen ocurrir en Estados Unidos de América. Pues no. A mi cuñado no le confundieron con otro. Fueron a por él porque alguien con poder para joder decidió marcar un aspa en la casilla que lleva su nombre y después lo rubricó un tal Baltasar Garzón con un auto de procesamiento. Tampoco se trata de un caso aislado porque, al mismo tiempo que él, han sufrido una Injusticia similar media docena de personas y todos ellos no son más que una pequeña parte de los confinados sin motivo en la España democrática.
Para tí que piensas que estos detenidos “algo habrán hecho” reservo una parte de mi odio, el resto es para todos los implicados en estos “secuestros legales” que festejan el Día de la Hispanidad como si nada hubiera pasado.